CUANDO LAS ALERGIAS ENTRAN POR LA PUERTA…

… LA IGNORANCIA ALIMENTARIA SALE POR LA VENTANA… Al menos en mi caso fue así.

Empiezas con la intolerancia a la lactosa (tú y docenas de personas a tu alrededor), después llega a tu entorno la alergia al marisco y al poco tiempo las «alergias alimentarias múltiples». Te preguntas cómo puede ser que tanta gente esté sufriendo éste problema y te da por empezar a leer la composición de los productos que consumes… Y entonces tú mismo encuentras la respuesta a la pregunta anterior y te das cuenta de que lo raro, es que no seamos todos intolerantes a casi todo.

Adentrarse en el misterioso mundo de la composición de los productos de nuestra cesta de la compra es costoso y sorprendente a la par. Costoso porque a veces es imposible llegar a conocer todos los ingredientes (trazas incluidas) que componen un alimento. Sorprendente porque descubres que existen productos que tienen en su composición de todo, menos lo que su nombre indica.Y entras en una vorágine de emulgentes, estabilizantes, conservantes, colorantes, antioxidantes, aromas, azucares de todos los tipos y trazas varias, que te hacen llegar a pensar que igual eras más feliz viviendo en tu ignorancia.

Pero te haces la valiente y empiezas a leer sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo, el motor que nos mueve, y los alimentos que necesita para funcionar correctamente, es decir, el combustible que logra que todo ruede correctamente… Y escuchas la palabra enzima por primera vez y entonces te das cuenta de que ya no hay marcha atrás…

Y mirando para adelante conversas con otras personas con tus inquietudes, aprendes de ellas. Descubres formas de cuidar tu cuerpo, de sentirte bien… Nace tu hija y quieres darle lo mejor. Lees, te informas, entras en universos que ni sabías que existían… Y en eso estamos…

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